Cómo plantar ajos
El cultivo del ajo
Los ajos no requieren de condiciones o cuidados muy especiales durante su cultivo.
Sólo necesitas unos dientes de ajo sanos y en buen estado.
Haz un pequeño surco en la tierra (de 3 a 6 cm de profundidad es suficiente) y coloca los dientes de ajo directamente en la tierra. Asegúrate de que la punta del ajo queda orientada hacia el exterior (hacia arriba) porque de ahí es de donde brotará el tallo.
Una vez ya han echado el tallo puedes poner el acolchado o mulch.
Deja una distancia entre ajo y ajo de unos 15 cm.
Es un cultivo que requiere luz, por lo tanto, déjales un lugar en el huerto en el que reciban luz directa. Los ajos aguantan muy bien las temperaturas frías, así que no te preocupes mucho por las temperaturas bajas.
Si plantas los ajos en macetas éstas deben tener unos 40 cm de profundidad para permitir el desarrollo de las raíces.
Lo más importante se podría decir que es controlar los riesgos. De hecho, si los tienes cultivados en el exterior y reciben agua de lluvia no tendrás que regarlos, porque necesitan muy poca agua, tan poca como un riego o dos al mes.
Si los siembras en un sustrato con buena aireación y drenaje estaremos evitando problemas como enfermedades derivadas de hongos o la pudrición del propio ajo.
Los ajos se pueden asociar con otros cultivos como acelgas, fresas, lechugas, cebolla, puerro o zanahorias.
Los ajos se cosechan cuando vemos que las hojas se van marchitando. Pueden estar listos en un periodo de entre 4 y 7 meses, dependiendo de las condiciones que hayan tenido durante su crecimiento.
Además las flores de los ajos son comestibles, no dudes en cortarlas y añadirlas a tus recetas favoritas.
Parece ser que sembrar los ajos en luna menguante propicia que éstos sean más abundantes.
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